lunes, 21 de agosto de 2017

A proposito de la remodelación de la Plaza Mayor de Trujillo

A proposito de la remodelación de la Plaza Mayor de Trujillo


Víctor D. Corcuera Cueva

Durante su gobierno de Acuña, como alcalde de la ciudad de Trujillo, fuimos testigos de la intervención de diferentes espacios públicos declarados Patrimonio Cultural de la Nación: Plazuela del Recreo, Alameda del Mansiche, Monumento a la Libertad de la Plaza Mayor, Paseo peatonal, entre otros. En todos estos monumentos dejó su huella (uso de los colores de su partido político y material constructivo que no tenía nada que ver con los elementos constructivos de los monumentos patrimoniales).

En su gestión se aprobó la “remodelación de la Plaza Mayor”, el cual paso desapercibido por los Trujillanos, pues no se socializo. La Gestión actual ha aceptado sin objetar el Proyecto, que por alguna razón la ha conservado y pese a otras prioridades, en el mismo rango de uso- o sea la intervención de espacios públicos que son considerados Patrimonio-, sin decir nada; sino todo lo contrario identificarse con el Proyecto y ejecutarlo.

Los Trujillanos conocemos de cerca la problemática de los monumentos Patrimonio de la Nación que se encuentran ubicados en el Centro Histórico de Trujillo. Esta problemática se expresa la destrucción sistemática de los inmuebles que de la noche a la mañana se convierten en centros comerciales, cocheras o quedan como canchones abandonados. Ademas de un marco legal del Estado que impide la salvaguarda e intervención por parte de los propietarios de los inmuebles en su intervención, creando trabas y por ende la afectación del inmueble.

Trujillo es más grande que su Plaza Mayor, cuenta con un Patrimonio arquitectónico inmueble único y excepcional expresado en monumentos en tierra de la época virreinal y republicana. Estos inmuebles guardan el trazo artístico de diferentes estilos y además son la memoria prístina de nuestra historia reciente. Su valores arquitectónicos, tecnológicos, históricos, culturales, sociales y ambientales; son más que suficiente para que las autoridades vean la necesidad de su intervención, conservación, protección puesta en valor y difusión.

En este sentido estimo que cualquier autoridad, empezando por el alcalde de la Municipalidad Provincial de Trujillo, se habría opuesto a la ejecución de tal proyecto de remodelación. El presupuesto asignado es muy importante (es más de 1 millón de dólares tomando en cuenta lo que viene después de la remodelación). O sea es mucho dinero como para dejarlo ir así nada más y cerrarse en que es un Proyecto de inversión pública... Cómo autoridad elegida democráticamente era la oportunidad de decir NO y demostrar a su comuna qué realmente está interesado en el Patrimonio y gestionar creativamente la utilización de este presupuesto en los monumentos que realmente si necesitan la intervención inmediata. Era la oportunidad para dialogar con el MINCU, las Universidades y especialistas interdisciplinarios.

La remodelación ya está en ejecución. La remoción del piso de concreto pulido será re emplazado por otro piso de las mismas características, la pátina vendrá con el tiempo y el uso. Las próximas generaciones volverán a ver un nuevo brillo generado por el paso de los peatones. El piso brillará y devolverá su “elegante” apariencia. Sin embargo lo que no volverá y se perderá por siempre son los inmuebles en tierra, adobe y quincha que conforma el conjunto monumental del centro histórico de Trujillo.

No es fácil estar a la cabeza de una Comuna Provincial de 1 millón de habitantes, sin embargo cuando se trata de la salvaguarda de la memoria, o sea de los monumentos declarados Patrimonio, se tiene que pensar más allá de los intereses político inmediatos. El Patrimonio es la cara de nuestro pasado y en ellos radica la razón de nuestra existencia. 

Trujillo, 21 de agosto del 2017

MORTEM