miércoles, 12 de febrero de 2020

El oasis berebere


El oasis berebere
Víctor D. Corcuera Cueva

Viajar al sur de Marruecos nos ha permitido descubrir algunas similitudes entre los pueblos milenarios del Sahara y de la costa peruana. Tecnologías constructivas y el color ocre de este país, entre otros aspectos, nos trajo a la mente nuestra patria peruana.   

Durante el invierno, temporada baja para el turismo en Marruecos, los costos de las prestaciones turísticas bajan notoriamente y, además, no hay tantos turistas en los sitios históricos y naturales, ¡un gran alivio! Gracias al comercio electrónico se puede negociar directamente con los prestadores turísticos locales, acceder a servicios de gama alta a precios abordables. Los emprendedores locales comprenden bien que en la satisfacción del usuario y la publicidad positiva que éste haga en las redes sociales se garantizan su sostenibilidad en el mercado.

Al igual que en Chan Chan, Cahuachi, las pirámides de Túcume y Pachacamac, sólo por citar algunos monumentos, las tecnologías constructivas cómo el adobe, quincha y tapial, son las mismas que se han utilizado –y se utilizan- en las edificaciones marroquíes.  Igualmente, la homogeneidad cromática de ocre rojizo y la utilización del triángulo escalonado en edificios religiosos y civiles, realzan la belleza de sus ciudades.

El aspecto cultural a destacar, tanto en las grandes urbes cómo en los pueblitos, es la calidez de la gente. Salvo un percance que tuvimos con la policía de carretera –la corrupción está en todos lados- los bereberes se podría decir que son el oasis del Sahara.

Mil kilómetros recorridos entre Uarzazat y Merzouga son más que suficientes para amar este pueblo. Una agradable experiencia para replicar a los visitantes que vienen de lejos a recorrer nuestras tierras yungas.

Artículo publicado en el diario La Industria de Trujillo
Trujillo, 14 de enero de 2020.

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