martes, 7 de mayo de 2019

Otros mundos son posibles


Otros mundos son posibles


Víctor D. Corcuera Cueva


El cambio climático es un hecho irreversible. Los resultados, de la evaluación de ecosistemas, indican que 1 millón de especies –entre animales y plantas- se enfrentan a la extinción. Sin embargo, debemos tener en cuenta que los organismos no se extinguen por voluntad propia, son las industrias –en gran parte- que, con la licencia del sistema, han provocado estas extinciones. La cuota de corresponsabilidad es de todos, entonces ¿Qué hacer para mitigar nuestros impactos negativos?

En otras latitudes, se ha puesto en marcha diferentes iniciativas para mejorar la calidad de vida. Algunas de éstas ya existentes -milenios atrás- en las sociedades andinas, como el Ayni. O sea, la interacción de una comunidad para beneficio mutuo y colectivo. Otras, más contemporáneas, como el uso compartido del coche; permiten ahorrar tiempo, dinero y combustible, en el desplazamiento de largas distancias. ¿En nuestra realidad local, estamos listos para dar un paso adelante?

Una situación delicada es que desconocemos el origen de los alimentos que consumimos. La agroindustria, con el uso de pesticidas, no solo pone en riesgo nuestra salud, sino también es responsable de la extinción de la biodiversidad global. En tal sentido, los biohuertos urbanos, son de máxima prioridad. Si el Gobierno, presionado por los lobbies multinacionales, no protege la salud de la población, la respuesta debe emerger desde abajo.

Es tiempo de cultivar nuestros alimentos, aprovechar al máximo los espacios de las casas. Cambiar el césped por un biohuerto, será uno de los hechos más revolucionarios para mejorar nuestros mundos.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes 7 de mayo de 2019

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