miércoles, 7 de agosto de 2019

Entre pescadores y surfistas


Entre pescadores y surfistas


Víctor D. Corcuera Cueva


Las medallas obtenidas en los Juegos Panamericanos Lima 2019 indican la urgencia de re plantear categóricamente las políticas deportivas del Estado. Asimismo, visualiza la necesidad de protección de las olas del Perú, en especial las de Huanchaco, reserva mundial de surf.

Mientras que Piccolo Clemente, Luca Mesinas y Daniela Rosas, demostraban su destreza y dominio de las olas, nos venía a la mente los pescadores en caballitos de totora de Huanchaco. En efecto, antes que el surf, tal como lo conocemos en la actualidad, se haya hecho popular en nuestro país, eran los pescadores de Huanchaco los que despertaban –y aún lo hacen- admiración entre los locales y visitantes.

La destreza de estos pescadores tiene su huella ancestral en tiempos donde no existían los Moche ni los Chimú. Hace cuatro mil años, los aldeanos de Pampa de Gramalote, actual Huanchaquito, tenían que internarse mar adentro en balsas de totora. Siglos después -los Salinar y Virú-  continuarían con esta práctica. Se han hallado en Huanchaco contextos funerarios de estas culturas donde el ajuar funerario incluye, entre otros objetos, collares de dientes de tiburón ¿Acaso el trofeo de una competencia mar adentro?

Las olas de Huanchaco permiten la continuidad cultural, representada por pescadores y surfistas, herederos de la destreza y braveza de aquellos cazadores de tiburones.

En tal contexto y frente a la erosión costera, no debemos permitir que la unidad formada por el mar, caballito de totora y el pescador ancestral sea destruida. Se debe exigir la protección de las olas de Huanchaco, de lo contrario, sería la última vez que Huanchaco vea nacer un campeón mundial de la talla de Piccolo Clemente. ¡desmantelen el molón de Salaverry!

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria.
Trujillo, martes 6 de agosto de 2019

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