Ola de calor
Víctor D. Corcuera Cueva
Esta
última semana Europa, y particularmente Francia, ha experimentado una ola de
calor que ha sobrepasado los 40°C. De los 101 Departamentos franceses, 14
estuvieron en alerta naranja, siendo el Sureste de su territorio que obtuvo el
récord de los casi 46°C. Primera vez, en tiempos modernos, que el Hexágono experimenta
este récord de calor. La estación estival dejo de ser agradable, no es para
menos, hasta el momento son ya cuatro personas que han fallecido, entre ellas
un ciclista.
Los
medios de comunicación anunciaban los pronósticos para cada ciudad, por
ejemplo, en las autopistas, se visualizaban sucesivamente mensajes cómo: Rehidrátese
- riesgo de accidente. Un verdadero estado de alerta nacional, similar a lo
que vivimos en El Niño Costero del 2017. Las vías públicas flanqueadas con
árboles eran las más solicitadas para parquear los automóviles. Las calles, al
igual que durante el invierno, estaban desérticas, la mayoría de ciudades y
aglomeraciones lucían fantasmas. Sin duda, los policías de ruta, panaderos,
restauradores, entre otros, fueron los más afectados.
A
diferencia de la realidad peruana, el agua de caño es potable y las tarifas no
están sobrevaluadas para su consumo directo, lo cual es un gran alivio para el
abastecimiento de la población. El lobby de aguas embotelladas no tiene gran
éxito cómo en Perú.
Esta
situación nos transporta a nuestra realidad nacional durante eventos climáticos
cómo El Niño y el fríaje en los Andes. La población peruana, aparentemente, se
ha acostumbrado a la cacosmia política, quedando adormecida frente a tantos
nauseabundos actos de corrupción. Después de todo, la Copa América es más
importante que nuestros viejos problemas.
Artículo
de opinión publicado por el diario La Industria de Trujillo
Martes,
2 de julio de 2019
Artículo
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