Nueva
gastronomía
Víctor D. Corcuera Cueva
El
aumento global de la temperatura, la degradación de los suelos agrícolas y la
disminución de la población de abejas, son algunos indicadores del deterioro
del planeta que –en gran medida- pone en riesgo el futuro alimenticio de la
humanidad. Frente a esta adversidad, es
muy probable que, en un futuro cercano, nuestra especie vuelva la mirada hacia
los insectos cómo principal fuente de proteínas.
En
Europa, de los 16 millones de colmenas, un cuarto de éstas ha desaparecido
desde 1985 por diferentes causas, cómo el recalentamiento global. Sin embargo,
de acuerdo con Agnès Becker, veterinaria alemana, es el uso en exceso de
fertilizantes químicos y pesticidas los que afectan su ciclo de vida. Considerando
que las abejas son las principales polinizadoras del planeta, la desaparición
de éstas afectaría la biodiversidad, por consecuencia, la fuente de nuestros
alimentos.
La
convergencia de estos problemas podría llevar a una crisis alimentaria global.
En tal sentido, es muy probable que algunos insectos se conviertan en nuestra
principal fuente de proteínas. En efecto hay muchos pueblos, cómo en la
amazonia peruana, que mantienen esta costumbre milenaria de alimentarse con insectos,
el consumo del Suri y de la hormiga Sikisapa, son un claro ejemplo.
Considerando
que las tradiciones gastronómicas son culturales, no deberíamos sorprendernos
que: caracoles de tierra, lagartijas, roedores, hormigas, cucarachas; y otros
“bichos raros” aparezcan muy pronto en el mercado. El paladar se tendrá que
adaptar y adecuar frente a esta inevitable revolución gastronómica. No nos
sorprendamos, entonces, cuando se comercialice a gran escala emparedados de
hormigas tostadas y cómo postre cucarachas bañadas en chocolate, por ejemplo. Toda
una delicia por descubrir y saborear.
¡Bon
appetit!
Publicado
en el diario La Industria de Trujillo
Trujillo,
11 de febrero de 2020
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