Una
época de incertitud
Víctor D. Corcuera Cueva
El
estado de emergencia nacional, de acuerdo al gobierno, evitará el rápido avance del Coronavirus Covid-19.
Esta medida se ajusta a las tomadas por los países -a excepción del Reino
Unido- que conforman el G7. Sin embargo, la realidad de la economía peruana
–informal- difiere abismalmente de la de los países poderosos, por lo que la
medida de confinamiento podría desencadenar en situaciones difíciles de
gestionar. La realidad de gran parte de los proveedores de servicios
turísticos, cómo los Guías de Turismo y choferes -quienes muchos de ellos no
cuentan ni con seguro social ni médico- es precaria. El impacto de la pandemia
en estas familias será nefasto.
Se
ha estimado que en Perú 300 mil puestos de trabajo en turismo serán afectados
negativamente. Esto ya había sido pronosticado por la Organización Mundial del
Turismo, sin embargo, asumieron que la situación en Perú sería diferente, de
allí la falta de previsión por las autoridades públicas en Turismo para evitar
las pérdidas millonarias a nivel nacional. Considerando las medidas tomadas por
los mercados emisores, tales como: el cierre de fronteras, cancelación de
vuelos y cruceros; la situación es irreversible, sobre todo porque el cierre de
fronteras de los mercados emisores es indefinido.
Tenemos
la confianza que la Gerencia Regional de Turismo y la Subgerencia de Turismo de
la ciudad de Trujillo estén ya planificando un plan de reactivación a mediano
plazo post-pandemia. Urge la necesidad que los ingenieros turísticos otorguen
soluciones, estamos en cuenta regresiva.
Nos
espera una época de incertitud, la economía mundial está golpeada y sus
consecuencias lo veremos reflejado, sobretodo, en el turismo nacional.
Publicado
en el diario La Industria de Trujillo
Trujillo,
17 de marzo de 2020.
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