Oportunidades
desperdiciadas
Víctor D. Corcuera Cueva
El
distrito de Moche tiene el privilegio de limitar con el océano Pacifico,
contener a las Huacas del Sol y de la Luna, y de ser parte de los pueblos que
integra la Panamericana; ventajas que, lastimosamente, no son aprovechadas para
su dinámica turística.
La
erosión costera ha formado -paralelamente a la destrucción de los antiguos
balnearios- ensenadas que podrían
constituirse como una potencial oferta turística. No obstante, esta fortuita oportunidad,
la comuna de Moche debe comprender que para el uso social de un área natural
existe un trabajo normativo detrás y, lo más importante, medir los impactos
ambientales antes, y no después de su uso.
La
gestión liderada por la Universidad Nacional de Trujillo ha revitalizado la
Huaca de la Luna, dotándola de componentes para ser usados como palanca de
desarrollo, en principio, del pueblo de Moche. Pero, por diversas razones, los turistas
no visitan la Campiña de Moche y mucho menos la capital del distrito. Existe más
de una estrategia para combinar la visita de la Huaca de la Luna con los
pueblos mencionados, y éstas van más allá del argumento de los arbolitos de la
campiña o el museo municipal de Moche.
Los
excepcionales paisajes que atraviesa la Panamericana la dotan de un valor único
y excepcional, la convierte en la vía ideal para viajeros en moto y camping
car. Es también la vía de acceso a la ciudad de Trujillo y a las Huacas de
Moche. Lamentablemente no existe ningún servicio de restauración y reposo
apropiado para los ruteros.
La
gestión turística del distrito de Moche debería aprovechar las ventajas
turísticas heredadas y hacer de estas las bases para la construcción de un
desarrollo integral.
Artículo
de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo
Martes,
26 de noviembre de 2019
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