El Turismo en el
bicentenario
Víctor D. Corcuera Cueva
El
2020 Trujillo celebrará el bicentenario, sin embargo, seguimos pendientes de
las políticas de desarrollo digitadas desde el poder central, desde Lima. La
figura se repite en todas las instancias públicas de la Región, las cuales
están supeditadas a las decisiones tomadas desde Trujillo, lo cual impide
–entre otras cosas- la planificación y ejecución de proyectos sostenibles, en
turismo, que beneficien a la población y el ambiente.
En
los últimos 20 años, se ha avanzado muy poco en el sector Turismo. La Libertad,
a pesar que se presume ser la única que contiene las 3 grandes regiones
naturales, continúa aislada y segmentada. La realidad nos indica que se ha dado
prioridad sólo a Trujillo, desestimando las potencialidades de crecimiento a las
otras provincias. Los que toman decisiones deben brindar las facilidades de
desarrollo del sector. Es cuestionable que la construcción de puentes y
carreteras asfaltadas, en pleno siglo 21, sigan siendo obras con trasfondo
político. El aislamiento, conlleva al déficit en la tolerancia, educación,
sanidad, igualdad, respeto y comprensión de los pueblos.
Es
momento que los funcionarios exijan al poder central qué el Turismo sostenible
sea declarado política de Estado. En La Libertad, tenemos más de una razón para
ser un modelo de gestión en la puesta en uso social del Patrimonio (Natural y
Cultural). Anualmente, de las Universidades e Institutos, egresan profesionales
con la capacidad cognitiva de contribuir con el desarrollo del sector. El
bicentenario –en turismo- debe reflejar esa figura, un región autónoma y
sostenible. De lo contrario, seguiremos dependiendo del flujo turístico que
tiene como destino principal a Kuelap, Amazonas.
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