viernes, 6 de julio de 2018

Incendio en el Hostal Colonial. No todo está perdido

Incendio en el Hostal Colonial. No todo está perdido

Los sueños y esperanzas en cenizas. Foto por © Lidia Bado

El incendio desatado en el inmueble ocupado por el Hostal Colonial, nos deja enseñanzas y señales, para volver la mirada hacia nuestra ciudad, hacia nuestra memoria histórica.
La pérdida de un Monumento, implica la pérdida de un elemento de nuestra identidad, de nuestra integridad. Los inmuebles virreinales y republicanos, ubicados en el Centro Histórico Monumental de Trujillo, conforman, en su conjunto, nuestra identidad regional. Cada elemento arquitectónico, utilizado en las modas, estilos, tendencias; constituyen fragmentos de nuestra historia tan extensa y pluricultural.
La apropiación social del Patrimonio se da a través de los vínculos que se ejerce sensorialmente, entre el monumento y el que lo contempla. ¿Cuántos de nosotros, de nuestra generación, de los que ya pasamos los 40 años, hemos pasado más una vez por aquella esquina? Sin duda los suficientes como para afirmar que el paisaje urbano, no será el mismo sin aquel balcón.
¿Cuántas experiencias hemos vivido teniendo como testigo a esta esquina? Mis recuerdos más tempranos se remontan a 1986, cuando el acceso a aquel balcón era por la cuarta cuadra del jr. Gamarra. Una empinada grada de madera, llevaba hasta los altos, donde funcionaban diversas oficinas. Para mí fue un descubrimiento ver desde aquel balcón, el Cerro Campana y el litoral. En mi percepción de niño, las historias de piratas y galeones que llegaban a Huanchaco, adquirían dimensiones insólitas, fantásticas. Desde allí también se podía observar Chan Chan, era un excelente mirador urbano.
Con el tiempo ese inmueble albergó diferentes comercios e instituciones. Si la memoria no me falla, la academia pre universitaria "Ingieneria” funcionó unos veranos en la planta baja. Los altos ya estaban abandonados. Recientemente, hace pocos años, el Dr. Rojas, propietario del Hostal Colonial, adquirió la segunda planta del inmueble que hoy es cenizas. Él invirtió - más allá del dinero -, energía y esperanzas. Por qué solo una persona que tiene la cualidad de amar a su ciudad, tiene la capacidad de ir más allá de los obstáculos. Su ímpetu y visión, lo motivaron a invertir en un monumento abandonado. Tanto las polillas como la exposición a la intemperie lo había afectado seriamente. Recuerdo muy bien aquel día cuando el balcón relucía restaurado, pintado y sobretodo funcional. El Dr. Rojas había demostrado que si se podía recuperar nuestros monumentos, darles un uso social, de revivir nuestra ciudad.
El incendio ha llevado al nivel de cenizas, los sueños y esperanzas. Nos ha demostrado que tan frágiles son nuestras instituciones públicas. Que en pleno siglo XXI no se tiene la cultura de prevención; que no existe ordenamiento territorial; que no existen mapas de vulnerabilidad; que el Patrimonio sigue siendo la última prioridad. Nos ha demostrado, también, que los únicos héroes siguen siendo los bomberos, quienes, a pesar de las adversidades, están allí para servir sin ningún estandarte político ni religioso.
Pero esas cenizas también pueden motivarnos a reconstruirnos, a renacer nuestra ciudad, a devolverle el lugar que se merece. De nuestra ciudad han surgido hombres y mujeres universales. No todo está perdido, aún estamos a tiempo de devolver la energía a nuestra ciudad y para lograrlo todos debemos aportar, sumar.

Víctor D. Corcuera Cueva
Trujillo, 06 de julio de 2018

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