martes, 20 de noviembre de 2018

¿Dónde jugarán los niños?

¿Dónde jugarán los niños?




Víctor D. Corcuera Cueva

Desde hace más de 3 mil años se pesca -en los caballitos de totora- en la bahía de Huanchaco, y son casi 4 siglos qué sus playas son utilizadas como balneario. En su extremo norte, en unos humedales artificiales –llamados Wachaques-, se cultiva la totora, materia prima indispensable para esta tecnología ancestral de pesca. Recientemente, el Congreso de la Republica promulgó la Ley N° 30837, Ley que declara de interés nacional la pesca ancestral en Caballito de Totora; así como la recuperación, conservación y protección de los Humedales “Balsares de Huanchaco”.

Sin embargo, desde hace 40 años, los efectos colaterales del molón del Puerto de Salaverry están generando la pérdida irreversible del borde costero de la Provincia de Trujillo. Lo más grave, además de la destrucción de las playas, es: 1) la inminente pérdida de los Balsares de Huanchaco –donde su principal servicio ecosistémico es la producción de la totora-; y 2) de las rompientes -principal recurso para la práctica del surf-.

Una ciudad de 1 millón de habitantes, necesita de más de una playa para evadirse de la contaminación visual, auditiva y atmosférica del entorno urbano. En ese contexto, las playas de Huanchaco son, por excelencia, el mejor lugar para la contemplación, recreación y apreciación. Sería una vergüenza permitir la destrucción de nuestras playas, nuestros hijos jamás nos perdonaran el haberles negado sus espacios naturales y su herencia ancestral. Si la pesca en caballito de totora es de interés nacional, entonces ¿Por qué el Estado sigue permitiendo la erosión costera? ¿Los intereses de la nación están por debajo de los intereses económicos de algunos?

Trujillo, 20 de noviembre de 2018

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