Agenda
del bicentenario
Víctor D. Corcuera Cueva
A
un año de conmemorarse el bicentenario de la independencia de Trujillo, observamos
que la ciudad continúa desbordando con sus múltiples problemas. Sólo basta dar
una lectura a las comisiones, de la Municipalidad y del Gobierno Regional, para
comprender que sus agendas no abordan acciones concretas para modernizar la ciudad.
El
Fenómeno del Niño es el principal problema que, vergonzosamente, ninguna
autoridad ha tratado de solucionarla. El dato arqueológico nos indica que el
ENSO existe desde el periodo Paijanense, o sea hace más de 10 mil años. Las
márgenes y el lecho de las quebradas por donde discurren los huaycos son el
botín de traficantes ilegales de tierras, donde las invasiones son parte de la
dinámica de algunos partidos políticos. La implementación de tecnologías que
puedan captar el exceso de agua y revertirla beneficiosamente en los
ecosistemas Yunga ha sido, funestamente, descartada por el Estado.
De
otro lado, el acceso al agua potable se convierte en la prioridad olvidada por
parte de los que toman decisiones. Sabemos que la Costa Norte del Perú será una
de las zonas más afectadas por la crisis hídrica global. El Perú es uno de los
países que ya están experimentando la perdida de sus fuentes naturales de agua
y, por consecuencia, la extinción del manto acuífero. ¿Qué pasará cuando baje
el caudal del río Ancash, único proveedor de agua a Chavimochic? ¿Qué medidas
ha tomado el Gobierno Regional frente a las empresas mineras que contaminan el
río Moche?
Aparentemente,
las celebraciones por el bicentenario se resumirán en protocolos políticos pre
establecidos sin ninguna propuesta para el bienestar común. La agenda del
bicentenario sigue de espaldas a la ciudad.
Artículo
de opinión publicado en el diario La Industria