martes, 24 de septiembre de 2019

Primavera gris


Primavera gris

Víctor D. Corcuera Cueva


Ayer se inició la primavera, la estación que debería representar a nuestra ciudad. Sin embargo, a causa de la pésima gestión ambiental -y no solamente por el cambio climático-, Trujillo ha dejado de ser la capital de esta emblemática estación.

Los que hemos nacido antes de la década de 1990, hemos tenido la suerte de disfrutar de una ciudad apacible, calma y, en cierto modo, limpia. Los festivales de marinera y primavera, se convertían en los eventos que todos esperábamos. En enero la gran mayoría de trujillanos acudía al Gran Chimú para alentar y deleitarse del baile, espontaneo –y no tan deportivo cómo lo es ahora- de marinera. Locales y foráneos aprovechaban para veranear en los balnearios de las Delicias, Buenos Aires y Huanchaco.

De otro lado, en setiembre, el evento mejor disfrutado era el corso primaveral. Los carros alegóricos, lejos de ser avisos publicitarios, eran el resultado de trabajos de artesanos, arquitectos y artistas. Toda la avenida España era ocupada por niños y adultos, un verdadero campo ferial que duraba un solo día. ¡Qué buenos tiempos!

La inesperada lluvia de la semana pasada nos volvió a la realidad. Una ciudad sin ordenamiento territorial con una pésima infraestructura vial y un nivel discutible de civismo por parte de su población. La invasión y proliferación de inmuebles de concreto armado indica que Trujillo es una ciudad del color del cemento y sin parques ni flores que equilibren el monótono paisaje urbano.

No obstante, esta gris realidad, el aporte de los ingenieros ambientales y paisajistas podría revertir la situación. Es tiempo que los que toman el gobierno político dejen de ver a Trujillo como su chacra, dejando a su paso una ciudad saqueada y erosionada. ¡Basta!

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 24 de setiembre de 2019.

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viernes, 20 de septiembre de 2019

Caleta La Ramada


Caleta La Ramada


Víctor D. Corcuera Cueva


Hace seis años fui invitado a conocer La Ramada, caleta ubicada al sur de Salaverry, La Libertad. Despues de caminar 4 km llegamos a un tablazo, desde el cual divisamos una bahía muy parecida a la de Huanchaco, pero con playas de arena fina y, a excepción de las rusticas cabañas de pescadores, ningún inmueble moderno.

El lecho de la quebrada Uripe mostraba, en superficie, diferentes cortes y la huella del paso de huaycos; cada estrato contenía información valiosa de su historia natural. La presencia de morrenas nos indicaba que la formación de esta quebrada se remontaría, al menos, a inicios del holoceno. Hacía el Noroeste, el cerro Ochiputur emergía imponente sobre los arenales de la Pampa de Salaverry, sin duda un evidente corredor utilizado por los nómades Paijanenses hace 10 mil años.

La disposición lineal frente al mar de las cabañas de pescadores, sumado a las evidencias arqueológicas, nos indican la construcción de un Paisaje Cultural milenario. Los rituales de pesca se realizan con solemnidad, el mar es un mundo con dioses y demonios al cual le piden permiso y agradecen. Una cruz de madera frente al mar es el testimonio de la pérdida de uno de ellos.

Con la marea baja se observan las estrellas de mar adheridas a las rocas, abundante mococho y cangrejos. Asimismo, las aves marinas, migratorias, residentes y algunos lobos de mar comparten sus playas de arena fina.
En tal contexto, la Ramada no sólo constituye una de las últimas caletas de pescadores artesanales en La Libertad, sino también, en un laboratorio natural para biólogos e ingenieros ambientales. Ahora más que nunca se debe proteger su intangibilidad y promover su investigación interdisciplinaria, difusión educativa y puesta en valor.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 17 de septiembre de 2019.

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viernes, 13 de septiembre de 2019

Economia circular


Economía circular


Museum, Bordeaux. © Víctor Corcuera 2019

Víctor D. Corcuera Cueva

El deficiente servicio de gestión ambiental nos ha permitido presenciar la enorme cantidad de residuos sólidos amontonados en la ciudad de Trujillo. El problema, en parte, no está en la recolección de los residuos sólidos, sino en la generación de éstos y convertirlos en basura.

Según la ONU, la población latinoamericana produce el 10 % de la basura mundial, donde el 50% de ésta es orgánica y casi la totalidad es tirada en los botaderos. El dato es un reflejo de la economía lineal, la cual se caracteriza por extraer de la naturaleza sus recursos y energía – a expensas de la salud del planeta-, para la producción de bienes y servicios a escala industrial y, al final, desecharlo.

Frente a este problema surge la economía circular, la cual está inspirada en la armonía de la naturaleza. Por ejemplo, las hojas secas de un algarrobo fertilizan el suelo, generando las condiciones para germinar una nueva planta, siguiendo un flujo cerrado.
Este tipo de economía dotan, a las empresas y consumidores, beneficios económicos con base en: reparar, reciclar, re utilizar y re fabricar.  Asimismo, sus principios buscan reducir el consumo de recursos naturales, mejorar la durabilidad de los productos y reducir los residuos sólidos. Todo fluye imitando a la naturaleza.

En Burdeos, Francia, se ha optado por transformar el calor proveniente de las aguas servidas de la ciudad en energía. El renovado Museo de Historia Natural de Burdeos utiliza esta energía para la conservación de los especímenes, garantizando la temperatura e higrometría de sus ambientes.

Sin duda, un notable ejemplo de gestión ambiental y cultural que podríamos tomar como ejemplo para gestar una mejor ciudad.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo
Martes 10 de setiembre de 2019

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jueves, 5 de septiembre de 2019

Tiempos de sacrificios


Tiempos de sacrificios
Víctor D. Corcuera Cueva

Desde los orígenes de la especie humana, el hombre ha transformado y alterado los ecosistemas del planeta. Nuestra huella y sus impactos ecológicos, han contaminado y extinguido los hábitats de otros seres, incluso el fondo oceánico. Hoy sabemos que la caza sistemática, por los primeros hombres en Europa, causó la extinción del oso cavernario. Somos la especie más depredadora del planeta.

 De otro lado, en los Andes Centrales se tuvo diferentes respuestas frente a los cambios climáticos. El dato arqueológico sostiene que, durante la época Moche y Chimú, se tuvo que recurrir a sacrificios humanos frente a la escasez o abundancia del recurso hídrico. Sin embargo, estás prácticas difieren drásticamente con la civilización Caral, la cual sucumbió frente a la escasez de agua y que, hasta el momento, no se han hallado ningún elemento que indiquen sacrificios humanos como respuesta.

De regreso a nuestro tiempo, surgen diferentes interrogaciones para solucionar tantos problemas ambientales causados por el sistema dominante. Los incendios forestales en diferentes continentes y el deshielo de Groenlandia, están indicándonos que el cambio climático es un hecho actual y sin marcha atrás.

Sin embargo, en mi opinión, aun podemos cambiar esta situación y mejorar nuestros mundos. Esta transformación implicará hacer algunos sacrificios -no humanos, pero si de consumo-.  Se debería empezar por exigir al Gobierno Regional y Local, la pronta implementación de ciclovías; recuperar la cuenca del río Moche; re-activar los pozos de almacenamiento de SEDALIB; por ejemplo. De lo contrario, nuestra sociedad se enfrentará a situaciones similares a las de hace mil años y con conflictos sociales nunca antes experimentados.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 3 de setiembre de 2019

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martes, 3 de septiembre de 2019

Responsables de nuestra propia extinción

RESPONSABLES de nuestra propia extinción

Desde que salió a la luz el infierno que se vive en la Amazonía a raíz de los incendios forestales, las redes sociales se han inundado de reclamos y oraciones por una de las catástrofes ambientales más grandes de los últimos años. Hay señalamientos por todos lados. Mientras que unos culpan al presidente brasileño Jair Bolsonaro por darle potestad a los ganaderos y agricultores para deforestar áreas para crear espacio para sus animales y plantas, este tilda a las ONG como las responsables de los incendios como estrategia para hacerlo quedar mal. Lo único cierto es que el fuego no se detiene y que ahora afecta a otros países como Bolivia y Paraguay. 

Informe Especial - Suplemento Dominical del Diario La Industria, Trujillo
Domingo, 1 de septiembre de 2019
María José GOGNY

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MORTEM