miércoles, 26 de junio de 2019

El cerro Oreja


El cerro Oreja


Víctor D. Corcuera Cueva


El cerro Oreja se ubica en la margen izquierda del valle de Moche, distrito de Laredo, Provincia de Trujillo. Ostenta vestigios monumentales de carácter ceremonial y administrativo de diferentes culturas. Asimismo, es hábitat y refugio de vida silvestre amenazada, actualmente, por la expansión urbana y agrícola. Lamentablemente, frente al abandono del Estado, se ha convertido en botín de traficantes ilegales de tierra.

Visto desde su flanco Sur Oeste, a la altura media de la montaña, sobresale una roca horadada, a la que los lugareños la indican como la “oreja del cerro”, de allí su nombre. La particularidad de contener granito gris blanquecino, permite que la luz solar se refleja en su superficie, actuando como un gran espejo natural.

Durante El Niño, esta montaña se convierte en fuente de vida, generando las condiciones de una biodiversidad muy rica. Es común ver, durante el periodo de lluvias, venados, aves rapaces y el excepcional zorro costero.

De otro lado, el dato arqueológico indica que, desde hace casi 4000 años, ya existía un canal que conducía el agua, proveniente del río Moche, hacia lo que ahora es Pampas de San Juan, Laredo. Asimismo, diferentes áreas fueron utilizadas como zonas de entierro. El análisis de las osamentas halladas en contexto indica, por ejemplo, que la calidad de vida de los que residían en cerro Oreja - durante la época Moche- era mejor de los que habitaban entre las Huacas del Sol y de La Luna.

Los valores geológicos, culturales y paisajísticos del cerro Oreja, son suficientes para devolverle la mirada. Las autoridades deberían gestionar su puesta en valor, educativo y turístico, ampliando las oportunidades para su uso sostenible.

Artículo de opinión publicado por el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 25 de junio de 2019

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lunes, 24 de junio de 2019

SEGUIMOS respirando veneno

Seguimos respirando veneno


En pleno siglo XXI, cuando la ciencia ha permitido crear tecnologías amigables con el medio ambiente, la quema de caña de azúcar sigue siendo una práctica muy común en el Perú, especialmente, en La Libertad. El suelo, el aire y la salud de los pobladores se ven afectados por la indiferencia de las altas esferas del poder. 

Informe Especial - Diario La Industria, 
Trujillo 23 de junio de 2019 
María José GOGNY

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miércoles, 19 de junio de 2019

La Loma Ochiputur


La Loma Ochiputur



Víctor D. Corcuera Cueva

La Loma Ochiputur está ubicada en el flanco Oeste del cerro Ochiputur, en el distrito de Salaverry, interfluvio de los valles Moche y Virú. Visto desde la Panamericana, durante el atardecer, su apariencia cromática hace contraste con los monocultivos ubicados en la parte baja de la Loma, la Pampa de Salaverry.

Lamentablemente, desde hace algunos años, los nuevos propietarios de esta Pampa han cercado toda la parte baja, impidiendo el acceso a la Loma. Situación que se agrava puesto que, frente al abandono del Estado, en la actualidad es usada como circuito privado de motocross y cuatrimotos, quienes a su paso afectan seriamente los vestigios arqueológicos y los ecosistemas allí existentes.

Hace 14 mil años, esta zona era utilizada como área de subsistencia por los grupos de nómades Paijanenses. La abundante vegetación, fuentes de agua, canteras de piedra y mamíferos menores, fueron las condiciones para que los primeros pobladores de la Costa Norte la ocuparan. El dato arqueológico indica que fue usada como área de tránsito entre el litoral y la parte media del valle de Moche, y como ruta estratégica de acceso al valle de Virú.

En tal contexto y frente a las evidencias, las posibilidades de intervención científica se justifican. Su investigación daría luces de la llegada de los primeros pobladores al valle de Moche, así como también conocer los procesos de desertificación, migración y asentamiento en los primeros milenios de nuestra historia regional.

La Loma Ochiputur es una joya natural, es tiempo de devolverla a la población.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes 18 de junio de 2019

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martes, 11 de junio de 2019

Una historia no contada


Una historia no contada



Víctor D. Corcuera Cueva

El libro Huacas y huaqueros, del Dr. Jorge Zevallos Quiñones, es una de las fuentes que nos informa la cantidad de sitios arqueológicos que, en el presente, ya no existen en la ciudad de Trujillo. Varios de estos monumentos arqueológicos fueron destruidos por la expansión urbana y agrícola. Los recientes hallazgos en la Huaca Panamá nos confirman que, debajo de nuestra ciudad, existen vestigios de una historia aun no contada.  

De otro lado, es preocupante que, en la Provincia de Trujillo, sólo cuatro sitios hayan sido puestos en uso turístico. De éstos, las Huacas de Moche, son las únicas que, desde sus inicios, han tenido una gestión integral y de ser el único Producto Turístico en la Región. Una realidad preocupante, considerando que Chan Chan a pesar de ser un sitio Unesco, su gestión turística es cuestionable.

Los recientes hallazgos arqueológicos, en la Huaca Panamá, es una señal de la riqueza cultural ubicada, literalmente, debajo de la ciudad de Trujillo. Al igual que la fábrica de ladrillos del periodo colonial, cada artefacto arqueológico, es pieza clave para conocer los procesos culturales en el valle de Moche, durante los últimos 2000 años. Una gama de investigación interdisciplinaria se abre frente a estos hallazgos. Estudios especializados, como la arqueometría, podría ofrecer datos de los alimentos preparados en las vasijas halladas, por ejemplo.

Asimismo, nos preguntamos ¿Cuál fue la relación de este sitio con las Huacas de Moche y Chan Chan? Sin duda, el arqueólogo Feren Castillo Lujan, nos podrá dar más alcances una vez que sistematice y procese los datos. Estemos atentos a las intervenciones arqueológicas que en ellas están los capítulos de una historia no contada. Testimonios que podrían ponerse en uso social y ser parte de la oferta turística cultural, lo que dinamizaría la economía de la Región.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo.
Martes, 11 de junio de 2019

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Huaca Panamá - Periodo Moche (400 d.C.) © Feren Castillo Luján

Horno para quema de ladrillos - Periodo Virreinal (s. XVII) © Feren Castillo Luján

Fosa intrusiva. Periodo Chimú-Inca (s. XV) © Feren Castillo Luján








martes, 4 de junio de 2019

Recuperemos el cerro Campana


Recuperemos el cerro Campana



Víctor D. Corcuera Cueva

Visto por el litoral o por la panamericana, el cerro Campana luce como un espacio seco y sin interés. No es para menos, tanto la minería no metálica, la proliferación de galpones avícolas y el tráfico ilegal de tierras, han puesto en jaque su comunidad lomal.

El enajenamiento, por parte de la población con el cerro Campana, es a causa de la ignorancia de sus valores naturales, culturales, tecnológicos, ambientales y económicos. Se desconoce, por ejemplo, que, por su ubicación geográfica, interfluvio de los valles Moche y Chicama, el cerro Campana fue ocupado por nuestros ancestros desde hace 14 mil años.

Los artefactos líticos, como las puntas de proyectil, evidencian la presencia del Paijanense, la ocupación más antigua de la Costa Norte. Milenios después, otras culturas siguieron ocupándolo. Éstas han dejado su impronta: estructuras funerarias, ceremoniales, administrativas, quilcas y una red vial pedestre que trazan su lado Oeste. Cómo es usual, ninguna de estas evidencias han sido investigadas a profundidad.

En tal contexto, el Gobierno Regional podría considerar el uso del cerro Campana y su entorno inmediato como un laboratorio para la investigación científica multidisciplinaria. Un gran campus donde la población local, y foránea, pueda apreciar la sistematización de los hallazgos. Las universidades podrían participar con soluciones de reforestación y edificar un espacio amigable con la biodiversidad y el entorno arqueológico.

La puesta en uso social del cerro Campana, contribuirá en la autoestima del poblador local, generando sentimientos de valoración positiva hacia el Patrimonio y, por qué no, un producto turístico.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria.
Trujillo, 4 de junio de 2019

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MORTEM