miércoles, 28 de agosto de 2019

Fireforest


Fireforest
Víctor D. Corcuera Cueva

Los incendios forestales en la Amazonia se iniciaron hace más de 20 días y, lamentablente, ningún gobierno está haciendo algo significativo para sofocarlos. Considerando que la selva amazónica en Brasil produce el 20% del oxígeno del planeta, la situación se torna grave para la humanidad y, aún peor a la biodiversidad amazónica. Ante tal gravedad uno se pregunta ¿Quién es el responsable de tal desastre?

Las políticas de ocupación y extracción de la cuenca Amazónica es uno de los principales detonantes de los miles focos de incendio. Una realidad pronosticada por la Ciencia, y desestimada por el gobierno del Brasil, fiel soldado del sistema capitalista.
 No es para menos, desde que a los bosques tropicales se los insertó en la cadena operativa de la industria alimenticia, la tala indiscriminada se ha convertido en el principal agente de deforestación. Sin embargo, hay más de una industria responsable en la vulnerabilidad de la Amazonia al cambio climático. Sólo nos basta dar una mirada en los espacios edificados donde vivimos y todo lo que consumimos (alimentación y tecnología), para darnos cuenta que nuestra cuota de corresponsabilidad, en la deforestación de la amazonia, es muy alta.

Actualmente la selva amazónica ya no es húmeda, sino todo lo contrario, es un espacio altamente inflamable. En tal contexto, quejarse de lo apocalíptico que pueden resultar las políticas de Trump y Bolsonaro, resultará estéril si, de nuestra parte, no se reacciona y toma una posición radical. O defendemos -con acciones concretas- la salud del planeta, o la terminamos de destruir; no queda de otra.

Nuestros hijos se merecen un mundo mejor.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo
Trujillo, 27 de agosto de 2019

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miércoles, 21 de agosto de 2019

Museos y realidad aumentada


Museos y realidad aumentada



Víctor D. Corcuera Cueva


Los museos del Perú están cambiando y mejorando sus espacios, algunos más democráticos e inclusivos que otros. Las nuevas gestiones están apuntando por la Interpretación del Patrimonio para sensibilizar a los visitantes y, en cierto modo, forjando identidades. Estos objetivos se están logrando, en parte, gracias al uso de tecnologías de la información y comunicación en el entorno museístico.

Sin embargo, una realidad generalizada es la ausencia del uso de la Realidad Aumentada en museos y Centros de Interpretación. La Realidad Aumentada (RA) es aquella que permite al usuario ver e interactuar en un espacio y en tiempo real, combinando la realidad virtual con el mundo real y con registro en 3D. O sea, una experiencia sensorial sin límites.
En los museos especializados, cómo el de Historia Natural de Burdeos, o el de Lascaux IV; la RA permite una mejor accesibilidad y difusión gracias al uso de guías personalizadas. Al final de la visita son los niños que desean continuar sumergidos en el extraordinario mundo de la Ciencia.

Nos queda imaginar, por ahora, lo valioso que sería que los Museos de La Libertad cuenten con estas tecnologías. Imagínense interactuar, con RA, en un taller lítico donde el Hombre de Paiján tallaba sus puntas y otros artefactos; ser espectador de la edificación de las Huacas de Moche; o aún mejor, ver la totalidad de los geoglifos de la Quebrada Santo Domingo y la biodiversidad de la Loma Ochiputur durante el Fenómeno del Niño.

Sin duda, la Realidad Aumentada permitiría acercar los Museos a la población, generando en ellos una mejor autoestima. Es tiempo que el Estado innove los entornos museísticos, se generaría una palanca de desarrollo social y ampliación de la oferta turística regional.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo
Martes, 20 de agosto de 2019

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viernes, 16 de agosto de 2019

Innovar los espacios deportivos


Innovar los espacios deportivos

Víctor D. Corcuera Cueva

Los resultados de los Juegos Panamericanos Lima 2019, en mi opinión, han mejorado la autoestima nacional. Asimismo, éstos han visualizado la existencia de una gama de deportes que muchos ignoraban su existencia y, aún peor, que nuestro país tenía representantes.

Las preseas obtenidas nos devuelven la mirada hacia nuestros Paisajes andinos y cultura milenaria, ovacionados por locales y foráneos. Lima 2019 ha sido una ventana para visualizar nuestra diversidad cultural, así como también la realidad social y económica de los participantes nacionales. El Perú provinciano estuvo en una fiesta deportiva, celebrando los logros obtenidos de sus deportistas provenientes del Perú profundo.

Ojalá que las autoridades regionales tomen conciencia de la ventaja geográfica que tiene La Libertad y aprovechar nuestros Andes -el gran gimnasio al aire libre - para la implementación tecnológica en diferentes disciplinas deportivas. Las olas del Mar de Grau, desiertos yungas, quebradas, montañas, picos y lagunas –entre otros-; son elementos que definen nuestra identidad, pero, también, de las múltiples oportunidades para qué la población los use para fines deportivos.  Es tiempo que este Patrimonio heredado se ponga al servicio de la nación, qué vaya más allá de la magra concepción de visita turística o de “recreación”; sino que éste sea la plataforma de formación de mejores ciudadanos a través de la práctica del deporte.

En el plano local existe más de un espacio para la pronta implementación de auténticos polideportivos -ambiental y económicamente sostenibles-. Basta de edificar esas losas de cemento con grass sintético que han proliferado en la ciudad, nuestra gente se merece algo mejor.

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miércoles, 7 de agosto de 2019

Entre pescadores y surfistas


Entre pescadores y surfistas


Víctor D. Corcuera Cueva


Las medallas obtenidas en los Juegos Panamericanos Lima 2019 indican la urgencia de re plantear categóricamente las políticas deportivas del Estado. Asimismo, visualiza la necesidad de protección de las olas del Perú, en especial las de Huanchaco, reserva mundial de surf.

Mientras que Piccolo Clemente, Luca Mesinas y Daniela Rosas, demostraban su destreza y dominio de las olas, nos venía a la mente los pescadores en caballitos de totora de Huanchaco. En efecto, antes que el surf, tal como lo conocemos en la actualidad, se haya hecho popular en nuestro país, eran los pescadores de Huanchaco los que despertaban –y aún lo hacen- admiración entre los locales y visitantes.

La destreza de estos pescadores tiene su huella ancestral en tiempos donde no existían los Moche ni los Chimú. Hace cuatro mil años, los aldeanos de Pampa de Gramalote, actual Huanchaquito, tenían que internarse mar adentro en balsas de totora. Siglos después -los Salinar y Virú-  continuarían con esta práctica. Se han hallado en Huanchaco contextos funerarios de estas culturas donde el ajuar funerario incluye, entre otros objetos, collares de dientes de tiburón ¿Acaso el trofeo de una competencia mar adentro?

Las olas de Huanchaco permiten la continuidad cultural, representada por pescadores y surfistas, herederos de la destreza y braveza de aquellos cazadores de tiburones.

En tal contexto y frente a la erosión costera, no debemos permitir que la unidad formada por el mar, caballito de totora y el pescador ancestral sea destruida. Se debe exigir la protección de las olas de Huanchaco, de lo contrario, sería la última vez que Huanchaco vea nacer un campeón mundial de la talla de Piccolo Clemente. ¡desmantelen el molón de Salaverry!

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria.
Trujillo, martes 6 de agosto de 2019

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jueves, 1 de agosto de 2019

Territorio Chaski


Territorio Chaski


Víctor D. Corcuera Cueva

Las dos primeras medallas de oro en los Juegos Panamericanos 2019, fueron obtenidas por dos grandes del fondismo nacional: Gladys Tejeda y Christhian Pacheco, ambos imponiendo nuevos récords. Estos logros nos demuestran, una vez más, que nuestro país es un territorio de chaskis, de gente que triunfa -con mérito propio- a pesar de la indiferencia y falta de apoyo por parte del Estado.

El uso social de la red vial Qhapaq Ñan continua a lo largo y ancho de los seis países que lo ostentan. Al caminarlos nos damos cuenta del alto desarrollo de los ingenieros y arquitectos de aquellos tiempos, especialistas que heredaron de los primeros pueblos la sabiduría para que sus obras perduren, formando una unidad con el Paisaje. Sin embargo, el Qhapaq Ñan no surgió de la noche a la mañana, todo lo contrario, fue la cristalización de conocimientos ancestrales, de pueblos más antiguos que los quechuas.

Los pueblos yungas del valle de Moche legaron probablemente, al Tahuantinsuyo, el sistema de mensajeros conocidos como chaskis. Algunos pictogramas, plasmados en las vasijas Moche, delinean personajes corriendo y portando pallares en bolsas de cuero, atravesando desiertos y Lomas ¿acaso siguiendo caminos intervalles?

Los caminos Moche aún se encuentran en la periferia de la provincia de Trujillo. La mayoría se encuentra atravesando quebradas, algunos están sumergidos en los arenales, mientras que otros sobreviven al borde del litoral, esperando ser investigados y utilizados. Las autoridades deberían aprovechar este potencial arqueológico y ponerlo en uso social, devolverle a la juventud su legado de corredores, potenciales campeones en fondismo.
Sólo basta dar una mirada al Paisaje que entorna estos caminos para comprender que siempre fuimos un país de Chaskis.

Artículo de opinión publicado en el diario La Industria de Trujillo
Martes, 30 de julio de 2019

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MORTEM